La integración de los sistemas de misiles rusos fue posible gracias a un identificador amigo-enemigo construido especialmente para el país otomano. Gracias a este sistema, los S-400 entregados a Turquía reconocen a las aeronaves de la OTAN como aliadas, señala el medio estadounidense Military Watch.
Pero a pesar de las medidas de seguridad que se emplearon para proteger estos códigos, lo más probable es que el Occidente siga oponiéndose a que Turquía use estos sistemas de defensa, destaca el medio. La razón de ello es que el principal objetivo de minar las ventas del armamento ruso consiste en disminuir los ingresos de Rusia, se agrega en el artículo de Military Watch.
El S-400 supera las expectativas
A finales de noviembre los militares turcos pusieron a prueba los radares de los sistemas de misiles rusos que fueron suministrados entre el mes de julio y septiembre de 2019. Las pruebas incluyeron los vuelos a altitudes extremadamente bajas de los cazas F-16 y F-4 de la Fuerza Aérea turca.
Se pensaba que el sistema de defensa antiaérea no sería capaz de oponerse a estos métodos de evasión de los radares, pero demostró lo contrario. Cuando se completaron las pruebas, indica el medio, el S-400 superó las exigencias de los militares turcos.
De hecho, Rosobornoexport, la mayor exportadora de armas de Rusia, señaló que en 2020 está prevista la firma de un nuevo contrato para el suministro de estos sistemas de defensa antiaérea a Turquía.