Ante todo, es probablemente el único caso de la historia en que la aviación de un país atacó a un alto mando de otro Estado sin estar en guerra.
El 9 de febrero de ese año, el alto mando soviético comenzó una gira oficial por varios países africanos. Su primera parada sería el Reino de Marruecos, adonde se dirigió desde Moscú en un Il-18.
Un incidente curioso ocurrió cuando el avión sobrevolaba el territorio internacional sobre el mar Mediterráneo a unos 130 kilómetros de Argelia, que en aquel entonces era una colonia francesa.
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El piloto del avión soviético informó a los controladores sobre sus coordenadas y dirección de vuelo. Poco después, un caza de la Fuerza Aérea francesa apareció al lado del Il-18 y empezó a realizar unas peligrosas maniobras.
En lugar de retirarse, el caza abrió fuego con sus cañones contra el avión con Leonid Brézhnev a bordo. Afortunadamente, el Il-18 no fue dañado durante estos ataques y el caza se retiró.
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No está claro si fue la gran habilidad de los pilotos soviéticos lo que permitió esquivar el ataque, si el caza no tenía la orden de abatir el avión o si simplemente falló. Por lo cual, es difícil adivinar qué objetivo perseguía Francia y si este fue logrado.
No obstante, dos meses después tuvo lugar un evento de escala mundial que dejó en la sombra al incidente sobre el mar Mediterráneo: se concretó el primer vuelo del hombre al espacio y fue un joven soviético quien lo hizo.
Tres años más tarde, Brézhnev se convertiría en el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética y estaría al mando del país durante casi dos décadas.