"En nuestra opinión, es un intento evidente y bastante torpe de abrir una brecha entre Rusia y China; por supuesto, Moscú y Pekín lo entienden muy bien y lo tienen en cuenta (…) No permitiremos este juego para desincronizar los enfoques comunes de Rusia y China", dijo el diplomático ruso, que participó en una reunión del subgrupo para la no proliferación de armas de destrucción masiva y control de armas del grupo de trabajo ruso-alemán de alto nivel sobre la política de seguridad.
En octubre de 2018, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmó que los misiles chinos apuntan "al corazón de Rusia".
Ermakov destacó que las posiciones de Rusia y China sobre el tema de misiles de corto y medio alcance son "muy similares e incluso coinciden en muchos aspectos".
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Señaló además que Moscú está abierto a cualquier iniciativa multilateral en materia de control de armas que "contribuya a fortalecer la seguridad y la estabilidad internacionales".
"Esto se refiere también totalmente al diálogo con nuestros amigos chinos", añadió.
Suministro de armas a la India
Ermakov apuntó también que Moscú no ve motivos para revisar el plan de suministro de armas a la India tras el incidente en Cachemira.
Subrayó que el ataque terrorista perpetrado el 14 de febrero en el estado indio Jammu y Cachemira, que desembocó en una escaldada de tensión entre la India y Pakistán, "dicta la necesidad de fortalecer aún más la cooperación con Nueva Delhi en la lucha contra el terrorismo".
"Actualmente, en la situación en la frontera indo-paquistaní se observa una disminución de la tensión y lo saludamos", agregó Ermakov.
En este sentido, indicó que la cooperación técnica militar entre Rusia y Pakistán "es limitada y está dirigida solo a fortalecer el potencial antiterrorista del país".
Suministro de los S-400 a Turquía
Que EEUU pretenda frustrar el suministro de los sistemas de misiles S-400 rusos a Turquía es evidencia de lo débiles que son sus posiciones en el mercado de armamentos, declaró Vladímir Ermakov.
Señaló que Rusia está al tanto de "la presión que ejerce de manera flagrante Washington sobre Ankara, con el fin de frustrar ese contrato", lo que Ermakov calificó de "un intento de debilitar las posiciones de su principal rival en el mercado global de armas".
"Es una muestra de la debilidad de EEUU, incapaz de presentar en el marcado nada mejor que de lo que proponemos nosotros en cuanto a la relación calidad-precio", dijo.
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El diplomático ruso destacó que "los países soberanos no ceden ante la presión política" de Washington.
Ermakov agregó que Rusia entiende la intención de Ankara de "construir un sistema de defensa antiaérea nacional que corresponda lo mejor posible a los intereses de seguridad de Turquía".
El sistema antiaéreo S-400 Triumf (SA-21 Growler en la clasificación de la OTAN) es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero, misiles balísticos tácticos y táctico-operativos.