"Una escalada no respondería a los intereses de nadie", dijo.
Al mismo tiempo señaló que Ucrania actuó "con mesura" durante el incidente que se produjo cerca del mar de Azov.
Las embarcaciones ucranianas realizaron maniobras peligrosas e hicieron oídos sordos a la exigencia de parar, por lo que fueron detenidas con sus 24 tripulantes.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el incidente de provocación, señaló que entre los tripulantes de los buques infractores se encontraban dos agentes de Seguridad, quienes de hecho estuvieron dirigiendo la operación y subrayó que los guardias fronterizos rusos estaban cumpliendo su deber profesional.
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Según Putin, la provocación en el mar Negro está relacionada con el bajo ranking del mandatario ucraniano, Petró Poroshenko, quien tiene poca probabilidad de pasar a la segunda ronda de las próximas presidenciales, por lo cual necesitaba hacer algo para agravar la situación y poner obstáculos insuperables a la oposición.