Dichas pruebas se llevan a cabo en la cámara anecoica más grande de Rusia, cuyas paredes están recubiertas de un especial material que absorbe las señales de radar para evitar así que se reflejen sus ondas.
En el transcurso de las pruebas se hace posible determinar lo efectivo que es el recubrimiento de la aeronave a la hora de absorber y dispersar las radiaciones de radar.
El experto señaló que previamente se estudiaron las mismas características de los estabilizadores, de las alas, de los motores y de todos los demás elementos de la aeronave.
Con ello, en esta prueba en particular solo se experimentó con el acristalamiento de la cabina del piloto donde estaba sentado un maniquí. Lagarkov dijo que se lo puso en la cabina porque incluso el piloto puede afectar la detectabilidad de la aeronave, aunque sea por lo más mínimo.
Tema relacionado: F-35 contra Su-57, dos rivales que compiten por un lugar en el cielo
El recubrimiento que se usa para limitar la sección radar equivalente del Su-57 se aplica en capas tan finas, que se lo llama pintura. Con ello, este material no se aplica a todos los elementos de la aeronave.
Parte del precio que tendría que pagar la aeronave con un diseño así son sus características de vuelo. Un ejemplo de ello es el bombardero furtivo de EEUU B-2, que no puede ni superar la velocidad del sonido ni maniobrar.
Al mismo tiempo, el Su-57 es capaz de volar más rápido que la velocidad del sonido y efectuar las maniobras aéreas más impresionantes.
Previamente el mismo canal mostró cómo se ponen a prueba las alas del avión: Captan en vídeo cómo se rompe un ala del caza ruso Su-57