"La defensa de Japón contra misiles balísticos se basa en un eficaz sistema de múltiples niveles, con los destructores dotados de Aegis al nivel superior y los Patriot PAC-3 al nivel inferior interconectados y coordinados por JADGE (Japan Aerospace Defense Ground Environment)", dice el documento.
"La introducción de Aegis Ashore reforzará la interceptación al nivel superior por los destructores equipados con Aegis", señala el Libro Blanco.
A principios de este mes, el diario The Mainichi publicó que dos sistemas de combate estadounidenses Aegis Ashore podrían costarle a Japón un 70% más de lo previsto, unos 134.000 millones de yenes por cada sistema (más de $1.200 millones), o hasta 500.000 millones de yenes ($4.495 millones), incluyendo el mantenimiento de las instalaciones y los costes operacionales durante 30 años.
Más: Ofensiva por inercia: ¿seguirá Washington con el despliegue de su escudo antimisiles?
Rusia mira con preocupación el posible despliegue de estos sistemas en Japón, habida cuenta de que se basan en lanzadores universales capaces de emplear armas ofensivas. El vicetitular de Exteriores ruso Serguéi Riabkov afirmó en diciembre de 2017 que, por sus características técnicas y sus prestaciones, son sistemas idénticos a los estadounidenses que pueden lanzar tanto misiles interceptores como misiles de crucero de alcance medio y más corto.
Tema relacionado: De las palabras a los hechos: la diplomacia rusa se apunta un tanto en Japón