El entrenamiento comenzó con un despegue de emergencia para escapar del ataque aéreo de un 'enemigo'. Al despegar, los Su-30SM destruyeron blancos terrestres con misiles y cañones de 30 milímetros.
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Después de esto aterrizaron en un aeródromo de reserva, donde los aviones fueron abastecidos antes de volver a despegar de inmediato. Seguidamente los cazas iniciaron un combate aéreo a alturas extremas de 17.000 metros.
Las maniobras duraron cuatro días, en el transcurso de los cuales las tripulaciones realizaron decenas de vuelos. Además de las misiones a plena luz del día, se efectuaron misiones nocturnas.
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