"Esto elevará la capacidad de la defensa aérea y fortalecerá la cooperación entre Japón y Estados Unidos", dijo el ministro nipón de Defensa, Itsunori Onodera, en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
El primero de los siete cazas comenzó a operar en la base de Misawa en enero.
Los cinco restantes serán desplegados el 26 de mayo.
La Fuerza Aérea japonesa prevé recibir un total de 10 aviones de esta serie.
El Senado japonés aprobó en marzo el mayor presupuesto militar de la historia del país para 2018 con más de 4.550 millones de dólares.
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El caza estadounidense F-35 ha sido objeto de críticas por su coste y problemas de rendimiento.
Anteriormente Australia y Canadá se negaron a comprar estas aeronaves por problemas de calidad.
En abril trascendió que el Pentágono suspendió la recepción de estos aviones por un mes debido a defectos de la capa protectora contra la corrosión para varias piezas de aluminio.