Así, el jefe de una comisaría de policía, Sarman Sayed Safiolá, que tiene a más de mil efectivos bajo su mando, contó a Sputnik por qué sus subordinados prefieren los fusiles Kalashnikov frente a otros tipos de armas.
"Los Kalashnikov son fáciles de usar, y no fallan en el campo de batalla. (…) Hemos hecho decenas de tiros seguidos, y el Kalashnikov nunca falló. Aparte del 'AK' usamos las pistolas rusas Makarov", comentó el oficial de Policía.
Según el general, el armamento ruso en disposición de las autoridades afganas puede ser reparado y usado. Pero a pesar del hecho de que "las armas rusas tienen una calidad considerablemente más alta", dichas armas no se reparan para su uso.
Ello ocurre porque EEUU y su coalición no quieren que los afganos usen armas rusas. Afganistán les interesa como un mercado de venta, donde pueden retirar armas rusas y a cambio vender sus propias armas de "baja calidad", explicó el general.
Zalamai Wardak añadió que las quejas de los militares afganos tienen fundamento, ya que "los estadounidenses reciben las armas de otros frentes y proveen Afganistán con armas de cuarto o quinto grado de calidad".
"Nuestro país tiene una débil economía que trabaja para los países occidentales", contó el alto rango afgano. Según el general Wardak, cada unidad de armas estadounidenses cuesta el triple que las armas rusas, razón por la cual es tan lucrativo para países occidentales vender sus armas de baja calidad en Afganistán.
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