"No hay ningún problema con la compra de los sistema de defensa antiaérea S-400. Además, es posible que estas armas sean suministradas antes de tiempo", destacó Canikli.
"El acuerdo [de suministro de los S-400] ya está firmado, todos los detalles ya han sido discutidos. El trato ya está hecho. Sobre todo, hemos firmado acuerdos comerciales a este respecto, y hemos cumplido con todos los compromisos que habíamos asumido", subrayó.
Canikli agregó que la compra de los S-400 rusos no constituye un obstáculo para los suministros del F-35.
Conforme a un acuerdo suscrito a finales de 2017, Turquía se comprometió a comprarle a Rusia dos sistemas S-400 —cuatro baterías en total— por un valor de 2.500 millones de dólares y cuya primera entrega estaba prevista para marzo de 2020.
El 45% del importe será abonado por Turquía por adelantado y el 55% restante va a financiarse con créditos rusos, según el director de la corporación Rostec, Serguéi Chémezov.
Ankara y Moscú también acordaron promover la cooperación tecnológica para fabricar sistemas de misiles antiaéreos en Turquía.
Más: Rusia y Turquía aceleran a fondo por los S-400
El ministro de Exteriores otomano, Mevlut Cavusoglu, había comentado con anterioridad que su país había sido el blanco de las críticas e incluso de las amenazas por la decisión de adquirir armamento antiaéreo a Rusia.
El sistema antiaéreo S-400 Triumf —SA-21 Growler, según la clasificación de la OTAN— es capaz de abatir aparatos aéreos de tecnología furtiva, misiles de crucero y proyectiles balísticos tácticos y táctico-operativos.
El S-400 tiene un alcance de hasta 400 kilómetros y puede destruir blancos a alturas de hasta 30 kilómetros. Por sus prestaciones, pertenece a la generación 4+ y es el doble de eficaz que sus antecesores.