El columnista Andréi Stanávov relata la historia y las características del sistema Verba en un artículo para Sputnik.
'Defensa aérea de bolsillo'
Los primeros sistemas de defensa aérea portátiles —también conocidos como 'manpads'— aparecieron en la década de los 60 del siglo XX y, de repente, se convirtieron en el enemigo número uno de los pilotos, quienes ya se habían acostumbrado a protegerse de los misiles antiaéreos de largo alcance volando a baja altura.
Al mismo tiempo, a diferencia de las ametralladoras y cañones, un misil de este tipo puede derribar incluso a una aeronave de gran tamaño.
"No hay que gastar mucho tiempo en el despliegue, la recarga y la instalación de este sistema. Apunta, dispara y olvida", escribe Stanávov.
Los ingenieros soviéticos lograron a su vez crear un arma apta para luchar contra cualquier tipo de blanco aéreo, dado que tenían como meta crear un sistema capaz de neutralizar blancos a una altura de 1.500 metros y a una distancia de tres kilómetros.
El proyectil debería ser capaz de volar tanto al encuentro del objetivo como perseguirlo. El requisito principal era la capacidad de ser usado por un solo efectivo desde una posición no preparada.

Así apareció el manpad soviético Strela 2, que revolucionó los sistemas de defensa antiaérea. El arma entró en servicio en 1967.
Del Strela al Verba
Al Strela 2 le siguieron el Strela 3 y más tarde el Igla, que fue modernizado varias veces. El nuevo sistema Verba empezó a ser utilizado recientemente por las Fuerzas Armadas rusas.

El proyectil del manpad Verba utiliza combustible sólido y destruye blancos a una altitud de hasta 4.500 metros y a una distancia de hasta 6.500 metros. En otras palabras, los soldados pueden derribar aviones de ataque a tierra, bombarderos tácticos y helicópteros desde una trinchera.
En este sentido, el Verba supera a sus competidores extranjeros en sus características, incluso al sistema estadounidense FIM-92 Stinger, y tiene un alcance de 3.800 metros.
El Verba puede diferenciar entre blancos y bengalas defensivas gracias al uso de una ojiva de autoguiado, que funciona en las gamas infrarroja y ultravioleta.
Asimismo, los sistemas Verba pueden estar instalados en los buques y helicópteros como un sistema antiaéreo adicional, concluye el columnista.