En declaraciones a Sputnik, el periodista y experto militar serbio Miroslav Lazanski señaló que la opción más obvia, un S-300, no sería la apropiada para Serbia. Los miembros de la OTAN —Bulgaria y Grecia— ya disponen de este sistema antiaéreo y ello implica que Belgrado necesitaría uno que fuera un paso por delante.
Lea más: "Bastaría con colocar unos S-300 de madera en Serbia para que Occidente se muera del susto"
Si finalmente Belgrado se decantara por alguna de las modificaciones del S-300, el experto aconseja prestar atención al S-300VM (Antey-2500), ya que es más potente que el S-300 y quizás pueda llegar a compararse al S-400 en alguna de sus capacidades. Sin embargo, el analista no está seguro de que los rusos quieran venderlo —además de tener en cuenta su precio prohibitivo—.
Según Lazanski, Serbia no debería apostar por comprar los sistemas de defensa aérea más caros para posicionarse como principal potencia militar de los Balcanes.
"No tenemos dinero para esto y no basta con comprar un solo sistema de defensa aérea. Si compramos cualquier versión del S-300 hacen falta como mínimo tres baterías, es decir, dieciocho máquinas con cuatro lanzadoras cada una, además de misiles y un radar… Todo esto sale por un ojo de la cara", explica.
Lea también: El presidente serbio no descarta presión extranjera por comprar cazas rusos
En cuanto a los helicópteros, Serbia ya tiene tres Mi-17 (dos de ellos comprados a Rusia en 2016) y varios Mi-8 que tienen que ser reparados. "El Mi-17 en este momento es el mejor helicóptero de transporte del mundo, además de costar menos que sus competidores occidentales", concluye Lazanski.
Rusia suele vender armas a Serbia con condiciones ventajosas. En 2016 Moscú y Belgrado firmaron un acuerdo de asistencia técnico-militar que incluyó la transferencia de seis cazas MiG-29, 30 tanques T-72S y 30 vehículos blindados BRDM-2.