Las personas que sufren de autoagresión, trastorno bipolar, depresión o adicción tendrán la oportunidad de ser aceptados para el servicio en las Fuerzas Armadas del país norteamericano, informa USA Today.
Cuando los militares se enfrentan a tiempos difíciles, por ejemplo, de guerra, aceptan a más reclutas en sus filas, explicó la experta. Sin embargo, cuando la economía es fuerte, menos novatos vienen al Ejército. Esta situación les obliga a los militares a hacer concesiones, profundizó.
"No es una victoria [para las personas con trastornos mentales]. Yo diría que es una reacción histórica a la falta de reclutas. […] Seguimos en estado de guerra desde hace 16 años, a partir del 11 de septiembre de 2001. Esta es la razón por la que apareció la necesidad de aumentar el flujo de novatos", declaró.
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Por otro lado, hay trastornos que se desarrollan a lo largo del servicio, y la modificación de la lista de las excepciones podría solamente 'legalizar' el servicio continuo de esas personas:
"Muchos soldados padecen de trastorno por estrés postraumático, pero pueden seguir sirviendo en el Ejército. […] Sin embargo, si alguien se porta de manera rara, nadie seguiría a esta persona en una batalla", advirtió.
La entrevistada también abordó la cuestión de los gastos por el tratamiento de soldados con trastornos mentales. Según Ritchie, en caso de que un soldado tenga que ser despedido a causa de problemas de salud mental, los gastos médicos caen sobre los contribuyentes.