Según estas fuentes, las nuevas armas pueden usarse para desalentar a países como Rusia, Corea del Norte u otros potenciales adversarios nucleares.
La idea de introducir una ojiva de menor escala no es nueva: el Gobierno de Estados Unidos aún conserva algunas armas de la Guerra Fría que encajan en la categoría.
Estados Unidos tiene una larga experiencia con dispositivos nucleares de bajo rendimiento. Por ejemplo, la capacidad de las bombas lanzadas sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial ascendía a 15 o 20 kilotones, mientras que la mayoría de las armas nucleares modernas, como la ojiva W88 montada en misiles submarinos, tiene una capacidad de hasta 475 kilotones. El misil probado por Corea del Norte recientemente tenía una capacidad de unos 140 kilotones.
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Últimamente se informó de que los estadounidenses realizaron una segunda prueba de vuelo de la bomba nuclear B61-12 que se producirá en masa en 2020. La bomba está siendo modernizada para reforzar la seguridad nacional de Estados Unidos. De acuerdo con la Administración Nacional de Seguridad Nuclear, la nueva modificación debería reemplazar las versiones obsoletas B61-3, B61-4, B61-7 y B61-10.