La élite de las fuerzas de defensa rusas —sobre cuyas espaldas recae la seguridad de los cielos de Rusia— se encuentran actualmente en estado de alerta ante la reciente escalada de tensión en la península coreana y preparada para cualquier eventualidad, según informó a Sputnik el senador ruso Víktor Ozerov.
Y es que se han de considerar todos los escenarios, máxime cuando parece que Pyongyang ya está experimentando con miniaturas de ojivas nucleares —algo que significaría que es capaz de montar esas ojivas en misiles balísticos— y algo podría salir mal y algún misil caer en alguna zona del Lejano Oriente próxima al país asiático.
Rusia, más que protegida
"En el Lejano Oeste, Rusia no cuenta con fuerzas estratégicas de defensa antimisiles capaces de detener misiles balísticos intercontinentales, pero los sistemas S-300 y S-400 desplegados por la región pueden detener perfectamente los misiles norcoreanos de medio alcance", asegura a Sputnik Jodarenok.
Del Lejano Oriente ruso se ocupa una de las fuerzas de defensa más potentes del país, la brigada 11 de las Fuerzas Aeroespaciales y Antiaéreas. De ella depende contener cualquier amenaza que pueda cernirse sobre las fronteras del Lejano Oeste.
La división 93 se complementa con la 25 de las Fuerzas Antiaéreas de la ciudad de Komsomolsk del Amur —cerca de Vladivostok—, y cuenta con otros ocho sistemas S-300PS y dos S-300V. En otras palabras, 80 lanzaderas.
Jodarenok alerta de que Corea del Norte no avisa a Rusia del lanzamiento de sus misiles y que "las Fuerzas Antiaéreas no pueden barrer continuamente con radares el cielo y las plataformas de lanzamiento norcoreanas".
Lea más: Todo lo que tienes que saber sobre el misil viable de Corea del Norte
Para detectar rápidamente sus lanzamientos, se ha de recurrir a sistemas militares espaciales, formados en parte por satélites rusos. Estos satélites sí son capaces de detectar el lanzamiento de los misiles norcoreanos Hwasong y Pukguksong.
Una guerra de declaraciones
La agresiva retórica y las amenazas que comparten Corea del Norte y Estados Unidos forman parte de "una guerra de declaraciones", según apunta Jodarenok, que se remite a los hechos.
"Me gustaría señalar que en la historia no hay ni un solo caso en el que se haya avisado al enemigo de que va a ser atacado", señala el experto. "Como norma general, primero se ataca y luego se avisa".
Lee más: Senadora de EEUU arremete contra Trump por sus amenazas a Corea del Norte
Jodarenok recuerda que el último caso registrado de 'disparar y luego preguntar' lo protagonizó Estados Unidos cuando atacó la base aérea de Shayrat, en Siria, con misiles Tomahawk.
"Cuando un político dice '¡ja! ¡Ya verán lo que le hacemos a Guam!" y otro responde con "¡ja! ¡Van a ver lo que haremos si le hacen algo!", no se está siendo muy inteligente, por decirlo suavemente, y dice muy poco de los que lanzan dichas declaraciones", dice Jodarenok.
El experto también cree que todavía no ha comenzado ninguna guerra simplemente porque los estadounidenses no quieren poner en riesgo a sus socios surcoreanos y a sus propias bases, que están cerca de Seúl.
Lee más: La "única" cosa que frena a EEUU a la hora de atacar a Corea del Norte
"Seúl está a tiro de piedra de la frontera: a 24 kilómetros. En Seúl viven 20 millones de personas y no se necesita ninguna bomba nuclear para montar una catástrofe. Con una docena de obuses es suficiente. Así que si los norcoreanos quieren montar una buena, la montarán. Aquí la cuestión está en 'si quieren'", concluye.