"El mejor criterio para evaluar la eficacia de nuestro armamento ha sido su uso en Siria (…) lo que ha llevado a un aumento vertiginoso de los contratos para adquirir las armas y aviones que produce nuestro país", dijo a Sputnik.
Rogozin reconoció que se detectaron algunas imperfecciones de los equipos militares empleados, las cuales ya fueron completamente eliminadas.
"Todas las observaciones de nuestros militares fueron tomadas en cuenta y solucionadas", recalcó.
En septiembre de 2015, Rusia inició una ofensiva aérea en Siria a petición del presidente del país, Bashar Asad, para detener la expansión de los grupos terroristas como Daesh (autodenominado Estado Islámico) y el Frente al Nusra (también conocido como Fatah al Sham), proscritos en numerosos países, incluida Rusia).
Rusia realizó otro repliegue militar a principios del 2017.
Además Moscú participa en la solución política de la crisis siria, contribuyendo al diálogo entre los bandos del conflicto a través de las negociaciones en la capital kazaja, Astaná.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado que ha causado entre 300.000 y 400.000 muertos, según datos de la ONU.