La culpa de la situación la tiene el Congreso de Estados Unidos, que varias veces ha fallado en aprobar el presupuesto necesario. Por otra parte, incluso cuando el Congreso logra llegar a algún tipo de consenso, el financiamiento carece de la flexibilidad para asignar dinero donde se necesita, destaca Dave Majumdar en un artículo de The National Interest.
"Hay que hacer más", dijo el almirante John Richardson, jefe de operaciones navales. El jefe militar señaló que una gran parte de la flota de aviones de la Armada no tiene capacidad para volar, y hay barcos y submarinos que no pueden navegar por falta de mantenimiento propio.
No obstante, los aviadores del servicio activo no reportan mejoras reales. De hecho, en algunos casos, la situación parece estar empeorando, escribe Majumdar. "El progreso hacia adelante va a un ritmo glacial. Estamos a merced del financiamiento del Congreso", constató un veterano piloto de combate del Cuerpo de Marines.
Si el Departamento de la Armada se recupera finalmente de este desastre, la Administración Trump tendrá que incrementar los presupuestos de mantenimiento y adquisición de aviones militares. No hay otra opción realista, destaca el analista.