"La auditoría del Gobierno, de septiembre de 2016, revela que el Departamento de Defensa "no llevó un registro preciso y actualizado de la cantidad y la situación" de ingentes cantidades de materiales transferidos a Irak y Kuwait para aprovisionar al Ejército iraquí", dice la ONG.
Todo este armamento iba destinado a las tropas iraquíes, incluidas las Unidades de Movilización Popular, y las fuerzas armadas kurdas, los peshmerga.
Según destacó Patrick Wilcken, investigador de Amnistía Internacional sobre Control de Armas y Derechos Humanos, "esta auditoría ofrece una visión preocupante del sistema defectuoso y potencialmente peligroso del ejército estadounidense para controlar transferencias de armas por valor de millones de dólares a una región tremendamente inestable".
La ONG indicó que de acuerdo con la auditoría del Departamento de Defensa de 2015, "en algunos casos el ejército iraquí desconocía lo que había almacenado en sus propios depósitos, mientras que en otros, material militar sin estrenar ni inventariar se acumulaba en contenedores de carga a la intemperie".
"La necesidad de realizar controles posteriores a la entrega es vital, cualquier debilidad en la cadena de transferencia incrementa enormemente el riesgo de que se desvíen armas a alguna región donde los grupos armados causan estragos y un inmenso sufrimiento humano", afirmó Wilcken.