A mediados de la década de 1980, Mijaíl Gorbachov, el último líder soviético, dio inicio a una reducción gradual del número de soldados de la URSS, por razones económicas. Sin embargo, en 1990, las tropas soviéticas todavía contaban con cerca de 3,5 millones de personas.
Por su parte, Rusia 'heredó' más de 2,8 millones de soldados del Ejército soviético, mientras Ucrania y Bielorrusia, solamente 380 mil y 230 mil, respectivamente. (Cabe destacar, sin embargo, que la cuestión de la división de la Flota del Mar Negro solo pudo ser resuelta en el año 1997), escribe Alexander Jrolenko para Sputnik.
La economía y el sistema financiero de Rusia estaban en dificultades, el sueldo de los soldados era bajo y llegaba con retraso, las tropas no recibían combustible y otros recursos materiales para sus misiones. Miles de tanques modernos y los portaviones Minsk y Novorossiysk fueron vendidos a precio de chatarra.
De manera general, debido a las duras condiciones durante la década de 1990, solamente las personas extremadamente dedicadas al servicio militar permanecieron en las Fuerzas Armadas rusas. Ya en el año 2000 fueron establecidas las bases jurídicas de las Fuerzas Armadas de Rusia, una serie de leyes sobre el Concepto de Seguridad Nacional fueron implementadas y fue creada la doctrina militar de la Federación Rusa.
"Después del colapso de la URSS, el mundo podría entrar en una era de paz y cooperación, pero un país sintió que la victoria pertenecía sólo a él y que escuchar a los otros ya no era necesario", diagnosticó la publicación francesa Agora Vox, refiriéndose a EEUU.
Un sinfín de operaciones del Pentágono en el Medio Oriente, el desmantelamiento de Yugoslavia, la expansión de la OTAN, la ofensiva del terrorismo internacional terminaron disipando las ilusiones de la llegada de un "mundo sin guerra".
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En 2010, unos 20 billones de rublos (unos 357.000 millones de dólares) fueron destinados al rearme de las tropas rusas, con el objetivo de aumentar la proporción de nuevos equipos al 70% en una década. El complejo industrial-militar y la capacidad de combate de las FFAA de Rusia han mejorado exponencialmente desde aquel entonces.
"Gracias a las reformas iniciadas en octubre de 2008 y al programa de modernización, estimado en 670 millones de dólares, las Fuerzas Armadas se han convertido en uno de los instrumentos más fiables del poder nacional de Rusia", señaló la publicación militar estadounidense National Interest.
Rusia no amenaza a nadie, pero las capacidades de sus Fuerzas Armadas y de su industria de defensa hicieron posible ampliar el horizonte de influencia geopolítica del país y, de esa manera, conquistar el 27% del mercado mundial de armas.
Veinticinco años después del colapso de la Unión Soviética, el país eslavo puede ser considerado más fuerte que cualquiera de sus agresores potenciales. Las armas y las tropas rusas, sin embargo, sirven para fortalecer la paz en el mundo, concluye Jrolenko.
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