"Durante los vuelos de entrenamiento, los pilotos del Su-35 realizaron maniobras complejas, llevaron a cabo un vuelo por una ruta programada, pilotaron los aviones de combate a la altura admisible más baja, así como a la altura máxima permitida", según el comunicado del ente.
Algunos medios de comunicación estadounidenses intentaron convertir el vuelo de los aviones rusos en una noticia bomba, armar un escándalo de la nada. Los periodistas describieron en detalle la 'intercepción' de los 'osos' por los F-22 estadounidenses. Algunos incluso acusaron a Moscú de ser provocativo.
No se sabe si esta evaluación objetiva y tranquila se convierta en una tendencia, añade.
"Es que se trata no solo de los militares. La evaluación de las acciones del Ministerio de Defensa ruso es una cuestión política. Y Washington todavía intenta hablar con Moscú desde una posición de fuerza y de manera muy crítica", observa el experto.
"No obstante, en el contexto global actual, Occidente está perdiendo poco a poco su papel dominante", sostiene.
Además de los políticos, hay expertos. Por ejemplo, el diario estadounidense The National Interest publicó un artículo que desmiente la opinión difundida de que el Tu-95 —que aparece regularmente en las costas de Alaska— es obsoleto. El autor indica que los 'osos' pueden hacer una gran cantidad de sorpresas al enemigo potencial. Y es verdad, puesto que la aeronave siempre se está modernizando, obtiene nuevos sistemas de control y armas.
Asimismo, la parte estadounidense observó que los bombarderos rusos fueron acompañados por los cazas Su-35 por primera vez.
"Pero este hecho se analizó sin histeria y de una manera respetuosa. Pues, los fuertes no solo dan miedo, sino también causan respeto", concluye Jarlámov.