Por ejemplo, el 9 de febrero de 2017, los pilotos de esta unidad acompañaron a dos bombarderos rusos Tu-160, que "alarmaron a la mitad de los sistemas de defensa aérea de Europa", señala el autor del artículo.
Los pilotos del escuadrón francés conocen bien este tipo de vuelos: varios cazas Mirage de esta unidad han regresado recientemente de Lituania, donde hace cuatro meses realizaron 23 vuelos para observar los aviones rusos.
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El personal evita calificar estos vuelos de "intercepción", ya que, según el comandante de la división, el coronel Isaac Diakité, sería incorrecto: los aviones rusos nunca han violado el espacio aéreo de los países bálticos.
"Tomamos fotos de ellos, y ellos de nosotros. A veces agitamos las manos en señal de saludo. Todo el mundo hace su trabajo…", comentó uno de los pilotos.
"La tensión es enorme, porque somos conscientes de las consecuencias a nivel internacional que puede generar cualquier incidente", señaló el coronel Diakité.
Tal vez esta conciencia de la responsabilidad hace que los pilotos franceses se comporten de una manera más discreta que los británicos, los belgas y los españoles, y no publiquen las fotos de las "reuniones" con los aviones rusos en los cielos de Europa, concluye el autor.