El interés por el THAAD en Japón y también en Corea del Sur, que decidió emplazarlo el año pasado pese al rechazo de China y Rusia, surgió tras el aumento en los ensayos de Corea del Norte.
A principios del año, el líder norcoreano, Kim Jong-un, afirmó que el país entró en la recta final del proyecto para crear un misil balístico intercontinental.
Tanto Seúl como Washington reiteraron que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.
Pyongyang rehúsa frenar sus programas nuclear y de misiles aduciendo la amenaza de EEUU y desafiando de esta manera las sanciones impuestas por la ONU.
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El 9 de septiembre de 2016, Pyongyang llevó a cabo su quinta prueba nuclear desde 2006 y la segunda en un año, a lo que el Consejo de Seguridad de la ONU respondió con una nueva ampliación de las sanciones al país asiático.