El ejercicio iba a celebrarse en base a un acuerdo sobre la seguridad general de la información militar (GSOMIA, por sus siglas en inglés), que Tokio y Seúl suscribieron en noviembre pasado, pero la parte surcoreana se opuso alegando que no es el momento apropiado para realizarlo.
Este 9 de enero, el embajador de Japón en Seúl, Yasumasa Nagamine, y el cónsul general en Busan, Yasuhiro Morimoto, regresaron a Tokio "para consultas" en respuesta a la instalación de una estatua que homenajea a las esclavas sexuales frente al consulado en Busan.
Más aquí: Japón y Corea del Sur intercambiarán información secreta
Otra explicación posible es que Seúl desistió de celebrar el ejercicio conjunto para no agravar las relaciones con China, que había manifestado en más de una ocasión su rechazo al despliegue del sistema antimisiles THAAD en territorio surcoreano.