"En caso de acuerdo entre ambas partes en los términos, la base entrará en servicio ya en 2019. El Cairo está dispuesto a permitir su arrendamiento por Moscú para solucionar los principales objetivos geopolíticos, que redundan también en el interés nacional egipcio. Además, se desplegaría en la base un contingente militar ruso permanente", comunicaron a Izvestia fuentes diplomáticas.
Que Rusia ponga en marcha la base en Egipto va en consonancia con el nivel de cooperación entre los dos países alcanzado últimamente, según cree Talaat Musalam, exmiembro del Estado Mayor egipcio.
"La conveniencia de la creación de la base aérea en Sidi Barrani es evidente para Moscú. Pese a que Rusia ya tiene una base similar en Hmeymim (Siria), la presencia de las Fuerzas Aéreas rusas en Egipto permitiría al Kremlin hacer frente a objetivos militares en el Mediterráneo Occidental", afirmó el experto militar.
En caso de que las partes acuerden construir las instalaciones en Sidi Barrani, eso significará que Rusia vuelve a Egipto tras 45 años. Hasta 1972, la base naval en el mismo lugar había sido utilizada por la flota soviética.
"Es una parte indispensable del proceso de asentamiento del poderío ruso en la arena internacional. Es bueno restablecer las bases soviéticas en el continente africano […] no solo para hacer frente a los desafíos en Siria, sino también en Libia", explicó Iósif Línder, presidente de la Asociación Antiterrorista Internacional.
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