Los medios árabes están hablando mucho del reciente acuerdo firmado entre China y Arabia Saudí en el marco de la visita del ministro de Defensa saudí, Mohamed bin Salmán, a Pekín. Según el documento, la parte china entregará un lote de drones Wing Loong —Pterodactyl, según la clasificación norteamericana, diseñado por Chengdu Aircraft Industry Group—, capaz de portar dos misiles aire-tierra.
Por ahora, se desconoce el coste total de la transacción y solo se pueden decir con certeza dos cosas: el reino de los Saud será el primer país árabe que obtendrá esta arma, y lo más importante, Riad puede haber probado ya este tipo de drones en situaciones de combate real.
Arabia Saudí se ha convertido en uno de los escenarios en los que China quiere fortalecer su influencia política en Oriente Próximo, opina el analista militar ruso Víktor Baranets.
En este sentido, se puede hablar del nuevo nexo Pekín-Riad, que se fortalece en el mapa geopolítico a medida que se desarrollan los lazos militares entre los dos países. Y esto ya preocupa a Washington, que no ve con buenos ojos el acercamiento de uno de sus aliados en la región con su rival asiático, comentó el experto.
En la actualidad, Arabia Saudí mantiene estrechos lazos militares con EEUU mientras que con China, ambas partes tienen por el momento una fuerte cooperación económica.
En este sentido, el desarrollo de las relaciones de Arabia Saudí con otros países requiere una diversificación. En el contexto actual, de caída de los precios del petróleo —que afecta mucho a la economía de este país árabe— Riad está interesada en lograr más ventajas económicas mediante la colaboración militar con Pekín, sostiene el experto chino.