Rusia prepara una respuesta a la decisión de la OTAN de aumentar su presencia en Europa del Este, declaró este miércoles el embajador ruso ante la Alianza, Alexandr Grushkó.
La víspera, los cancilleres de la organización acordaron prolongar su presencia en las fronteras orientales de la Alianza, reforzadas por el conflicto en Ucrania.
"Ya se están tomando medidas y seguirán tomándose. Se basarán en el análisis de las acciones de la OTAN en la región", dijo Grushkó.
El embajador indicó que en la realidad no existen razones para que la OTAN despliegue fuerzas adicionales en el este y que el bloque persigue sus propios intereses en vez de la seguridad nacional.
Según él, la OTAN desde hace mucho está preocupada por la pérdida de Afganistán, como un gran polígono para entrenamientos conjuntos, y planeaba una serie de simulacros en otros territorios.
Grushkó agregó que los entrenamientos, previstos para 2015 con la participación de hasta 40.000 personas en Portugal, Italia y España, serán los primeros a tal escala desde los tiempos de la Guerra Fría.
La crisis ucraniana le sirve de justificación a la Alianza para incrementar su actividad militar y aumentar gastos en este ámbito, señaló.
Además dijo que los miembros de la OTAN son conscientes de que el incremento de su actividad puede aumentar la tensión militar en la zona y algunos de ellos buscan vías para minimizarlo.
El embajador ruso añadió que de momento no ve necesidad de convocar el Consejo Rusia-Otan por la posición de la Alianza, que en abril decidió suspender toda la colaboración práctica con Moscú.
Según él, es posible reanudar la cooperación si la OTAN revisa las medidas que aplicó contra Rusia.
