La decisión de aplazar para 2012 un importante ensayo del misil balístico Bulavá obedece a varias razones, entre ellas, el deseo de reasegurarse contra el eventual fracaso en vísperas de los comicios parlamentarios del 4 de diciembre, escribe hoy el diario Moskovskie Novosti.
El Ministerio ruso de Defensa tenía previsto realizar la cuarta y última en 2011 prueba del Bulavá el pasado lunes, 28 de noviembre, pero a última hora se anunció que el ensayo queda pospuesto para el próximo año, según algunas fuentes, para junio. Representantes de la industria militar atribuyeron el aplazamiento a las desfavorables condiciones meteorológicas en el mar Blanco pero una fuente de la base naval de Severodvinsk declaró al periódico que “el tiempo es habitual para esas fechas”.
A título extraoficial se decía que el Bulavá iba a engrosar el arsenal en lo que queda de este año, siempre y cuando la prueba final fuera un éxito. “La cúpula de Defensa decidió por algún motivo aplazar ese acontecimiento histórico”, constató una fuente del sector.
Lev Solomónov, subjefe de Diseño en el Instituto de Termotécnica de Moscú (MIT) y hermano del creador de Bulavá, afirmó que los ingenieros no tienen nada que ver con el aplazamiento. “Esta decisión la han tomado los militares, pues que expliquen ellos los motivos”, dijo él a Moskovskie Novosti (MN).
El general mayor Vladímir Dvorkin, colaborador del Instituto de economía mundial y relaciones internacionales, no descartó que las condiciones meteorológicas sean la verdadera causa del aplazamiento pero también mencionó otro factor, la necesidad de “retocar algunos sistemas, no en el misil sino en el submarino”.
De los 17 lanzamientos del Bulavá efectuados hasta la fecha, siete han sido fallidos. Es de suponer que un nuevo fracaso empañaría el panorama general en vísperas de las elecciones parlamentarias del próximo domingo.
Además, Rusia planea poner en servicio este martes un moderno radar en la región de Kaliningrado, exclave ruso situado entre Lituania y Polonia. El presidente ruso Dmitri Medvédev mencionó ese complejo en su reciente advertencia sobre las respuestas de Moscú al escudo antimisil de EEUU en Europa.
Según el periódico, los militares habrán optado por posponer el ensayo del Bulavá para no arriesgarse en ese contexto, máxime que el jefe del Estado volvió a amenazar hace poco con recortes de plantilla en el sector de defensa, si se producen nuevas dilaciones en materia de pedidos militares.
Alexandr Konoválov, jefe del Instituto de estudios estratégicos, considera que las causas del aplazamiento son tanto de índole técnica como estratégicas. Los ingenieros, a su juicio, pretender dar algunos retoques finales para excluir del todo la posibilidad de un fracaso. Al mismo tiempo, es necesario que los máximos dirigentes definan el futuro de las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia. “Tenemos un buen misil naval, Sinevá, cuyas características impiden emplazarlo en los submarinos del proyecto 955, y otro nuevo, Bulavá, para el cual sólo están listos dos sumergibles de esta clase”, recordó el experto.
El misil balístico intercontinental R30 3M30 Bulavá-30 (RSM-56, en tratados internacionales y SS-NX-30, según clasificación de la OTAN) es un cohete de tres etapas y propelente sólido lanzado desde submarinos. Tiene un alcance de 8.000 kilómetros y puede portar entre 6 y 10 cabezas nucleares hipersónicas autónomas, de 100 a 150 kilotones cada una, capaces de modificar la trayectoria de vuelo.
