Beethoven fue uno de los primeros compositores en comenzar a utilizar un metrónomo, un dispositivo mejorado y patentado por Johann Maelzel en 1815 que sirve para indicar el pulso de las composiciones musicales. Beethoven comenzó a editar sus obras con marcas numéricas con indicaciones de metrónomo.
Las hipótesis que explican esta controversia insisten en que el metrónomo se había roto o funcionaba más lento que uno moderno.
Los científicos de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia han comparado sistemáticamente las marcas metronómicas con las interpretaciones contemporáneas.
En general, han analizado el tempo y sus variaciones para cada parte de 36 sinfonías interpretadas por 36 directores diferentes, un total de 169 horas de música.
"Nuestro estudio ha revelado que los directores tienden a tocar más lento de lo que Beethoven indicó. ¡Incluso aquellos que pretenden seguir sus indicaciones al pie de la letra! Los tiempos indicados por el compositor son, en general, demasiado rápidos, hasta el punto que, en conjunto, los músicos tienden a ralentizarlos", afirmó Iñaki Ucar, uno de los autores de la investigación.
"Con la ayuda de este modelo, desarrollamos una metodología para estimar los parámetros originales del metrónomo de Beethoven a partir de las fotografías disponibles y el esquema de la patente", se explica en el trabajo.
Además, desmontaron un metrónomo moderno para medirlo y usarlo para validar tanto el modelo matemático como la metodología.
Los investigadores trataron de identificar por qué Beethoven indicó marcas de tempo más rápidas de las que suelen seguir los músicos.
"Ninguna de las hipótesis coincidía con lo que los datos nos decían, que es una ralentización homogénea de los tiempos en toda la escala", indicaron los investigadores.
Finalmente los científicos encontraron la anotación '108 o 120' en la primera página del manuscrito de su novena sinfonía. Adivinaron que el maestro tenía dudas al hacer esta inscripción y no sabía con certeza en qué lugar leer el metrónomo. El compositor pudo haber leído la escala del aparato en el lugar equivocado. Por ejemplo, bajo la polea en lugar de arriba. Esto sería un problema causado por el uso de la nueva tecnología, finalizó Almudena Martín Castro, la autora del estudio.
"De repente, todo tuvo sentido: Beethoven pudo haber escrito muchas de estas marcas leyendo el tempo en el lugar equivocado", explicaron.
El estudio fue publicado en la revista Plos One.
Haciendo clic en "Publicar" da su consentimiento para que recopilemos los datos que figuran en su cuenta de Facebook con el objetivo de permitirle comentar en nuestra web desde dicha cuenta. Para obtener más información sobre cómo tratamos sus datos puede revisar nuestra Política de privacidad.
Si desea retirar su consentimiento, elimine todos sus comentarios.
Todos los comentarios
Mostrar nuevos comentarios (0)
en respuesta a(Mostrar comentarioOcultar comentario)