La sombreada Plaza Cadenas es el corazón de la Universidad de La Habana. Alrededor de la vegetación que cubre la plazoleta se disponen los edificios, porteados por hileras de columnas. En uno de estos, el bautizado como Felipe Poey, se esconde uno de los secretos de la capital cubana. Tras sus puertas se encuentra el Museo Antropológico Montané.
Entre sus colecciones destaca la de una serie de 13 cráneos humanos, todos de origen precolombino. Este repertorio, formado entre el siglo XIX y XX, incluye en su mayoría piezas de la isla, pero también del continente, en concreto, de Perú. Algunos de estos están deformados de manera artificial, una práctica habitual entre las culturas prehispánicas americanas. Eso sí, no tanto en el Caribe.
Una colección muy popular entre los estudiantes de la Universidad de la Habana y los investigadores locales, aunque no tanto a nivel internacional. "A pesar de su importancia, no está muy exportada. Esta cuenta con una serie de cráneos deformados del Caribe y esto no es algo muy común de encontrar en la zona. Esto es mucho más típico en el continente, en Mesoamérica, en Sudamérica o, incluso, en Norteamérica", defiende la antropóloga Gizéh Rangel-de Lázaro.
Junto a ella participaron dos especialistas en análisis 3D, Adrián Martínez Fernández, ingeniero de la Universidad de Valladolid, y Alfonso Benito Calvo, doctor del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH); además el propio director del Museo Montané, Armando Rangel Rivero. El primer equipo de investigadores en publicar un artículo sobre la digitalización de cráneos deformados del Caribe.
"Es cierto que no es la primera vez que se hace un estudio con cráneos deformados del Sur de América, sin embargo, después de una importante búsqueda, no encontramos nada publicado sobre la digitalización de cráneos con deformación artificial del Caribe. Hay muchos científicos que hacen estudios, pero no los publican y se quedan en la estantería de la universidad, a los que, muchas veces, es imposible llegar. Entonces, el nuestro es el primer artículo publicado sobre la digitalización de colecciones antropológicas en el Caribe. La verdad es que me sorprendió no encontrar nada sobre el tema", afirma la científica a Sputnik Mundo.
Un proceso en pro del museo
Para poder digitalizar las piezas, el equipo tuvo que viajar a Cuba, algo que pudieron hacer antes de la llegada del coronavirus. A la isla, trajeron desde España un escáner láser de mano. Con este pudieron escanear los 13 cráneos para obtener modelos exactos de los restos. A su vuelta del país americano, analizaron y reconstruyeron los datos hasta crear réplicas en 3D en el ordenador.
Glad to share our new open-access paper: "Shedding light on pre-Columbian crania collections through state-of-the-art 3D scanning techniques" in @VARjournal
— Dr. Gizéh Rangel-de Lázaro (@gizehrdelazaro) July 22, 2020
A. Martínez-Fernández @SrAzimut A. Benito-Calvo A. Rangel-Riverohttps://t.co/706a6WdJVd#openaccess #peerreviewed 🧵⬇️ pic.twitter.com/vQCKtkay6K
Estas se han utilizado para realizar unos vídeos animados para el Museo Montané. También para la producción de copias impresas en 3D. Distintas maneras de socializar la colección y facilitar el trabajo a futuros investigadores.
"Nuestra idea es que los modelos 3D pueden ayudar a los alumnos de Historia o Biología a realizar su investigación. Podrán interactuar con los cráneos sin tocarlos, lo cual también favorece a su conservación. Podrán hacer mediciones en digital que con un cráneo en físico son más complicadas. Podrán utilizar la morfometría geométrica para estudiar los rasgos y cambios morfológicos de los huesos. Sin duda, el 3D te abre una puerta de nuevas posibilidades", afirma Rangel-de Lázaro.
Y no solo ayudará en trabajos científicos. También mejorará la experiencia en el museo. "A un niño no le vas a dar un cráneo para que lo toque, pero si puedes darle una réplica. No es lo mismo verlo a través de una vitrina que poder interactuar con la pieza", asegura la investigadora del Museo de Historia Natural de Londres.
En tiempos de encierro y coronavirus, la digitalización es una ventana a la cultura. "Tener en este formato las colecciones, ayuda a dar luz a los museos", sentencia la investigadora. Una puerta a los más lejanos tesoros de la historia. Sin importar que se encuentren a miles de kilómetros, al abrigo de una soleada plaza cubana.