"Quiero expresar en este momento súper difícil de la pandemia, que la gente se cuide, que nos vamos a ver pronto, todo en la vida se pasa, nosotros hacemos la historia, como en la cultura de México, en la que hay una mujer que me impresiona muchísimo, Frida Khalo, por eso quiero expresar en este tiempo: ¡Viva la vida, viva la danza y el arte!", dijo el artista.
Khalo (1907-1954), pintora surrealista mexicana, conmovió al mundo de su época de principios del siglo XX con ese grito libertario: "¡Viva la vida!".
Es la exclamación que ha hecho suya Kanískin, casado con Elisa Carrillo, única mexicana que ha ganado los tres premios más importantes del ballet mundial: el Benois, otorgado por la Asociación Internacional de la Danza, que recibió en mayo de 2019 en el Teatro Bolshói de Moscú; el Festival Internacional Dance Open, de San Petersburgo; y el "Alma de la Danza" de Rusia, que ambos recibieron en 2019.
"Vivimos tiempos súper duros, no es nada fácil, lo primero que cerraron fueron los teatros y los últimos que van a abrir también serán los teatros", reflexiona el artista y escenógrafo.
Así describe la difícil decisión de transformar en un espectáculo gratuito para Internet, su gran sueño de la tercera edición de este año del gran festival mexicano "Danzatlán", inspirado por Carrillo, que llega a su espectacular cierre el próximo domingo 31 de mayo.
"Con mucho amor a México y al arte, con Elisa trabajamos durante un año para la tercera edición del festival", relata el maestro de danza, quien estudió en la escuela afamada compañía rusa del Ballet Bolshói, quien con su esposa también fue la primera estrella en el Stuttgart Ballet, de Alemania.
La gran compensación será espectacular: la pareja de artistas logró para la televisión del central Estado de México los permisos para transmitir un estreno simultáneo en el país latinoamericano y en Rusia del prestigiosos Ballet Eifman de San Petersburgo, que presentará la imponente obra Los Hermanos Karamazov, entre otras joyas.
Basada en una de las novelas más emblemáticas y profundas del escritor ruso Fédor Dostoievski, el relato examina el asesinato de un padre, bajo la sombría sospecha de que uno de sus hijos pudo ser el causante.
Esta agrupación de danza fue fundada en 1977 por Boris Eifman (Rusia,1946), uno de los coreógrafos más innovadores y respetados del mundo, y la escenificación es "una singular danza acrobática con la esencia dramática de la trama", anuncia el festival.
Un amante del arte y una guerrera
Todo el año transcurrido fue muy complejo, preparando el festival.
"Y de repente pasó esta contingencia, fue un shock, pero gracias a Dios vivo con una guerrera mexicana que es Elisa, que nunca iba a rendirse ni a dejar su plan", prosigue el artista vía telefónica desde Berlín.
Dirigidos por Carrillo, cientos de profesionales de la danza trabajan inspirados con el éxito de haber tenido más de 95.000 personas que vieron el festival en vivo, en las dos ediciones anteriores.
Esta semana subió el telón por Internet y lo mejor de la danza embrujó a los espectadores.
Kanískin comparte la fuerza que lo mueve: "el virus va a pasar, pero la cultura nos deja crear a nuestras almas, compensa los sentidos que vamos perder, porque la gente está encerrada en cuatro muros y con la danza puedes hacerlo muy fácil".
Compara las experiencias vividas y extrae una lección:
"En México comienza la pandemia, en Europa lo vivimos tres meses antes, es difícil para la gente que ama la cultura estar sentada en casa sin hacer nada, buscar en qué entretenerse; incluso para las parejas, es muy difícil mentalmente verse sin parar 24 horas", confiesa.
El festival incluyó siete clases magistrales de talla mundial, tres lecciones para niños y niñas, cinco conversatorios, dos pláticas de alto nivel, y dos más sobre danza para rehabilitación.
Además de reunir a seis compañías internacionales y cinco mexicanas ¿de dónde sale tanta imaginación?
La inspiración surgió esta vez del fondo del amor de una pareja: la frescura y la alegría de su propia hija.
"Ensayamos con nuestra propia hija Maya, de cuatro años, para saber si le gustaban las actividades para niñas, desde tres o cuatro años hasta gente mayor con discapacidad, con una especialista en danza para Parkinson y enfermedades neurológicas", explica entusiasmado el padre y artista.
En este punto, su memoria viaja hasta al origen de todo: su amor por su esposa y su hija.
"Cuando éramos jóvenes, nadie pensaba en premios, solo nos amábamos. Teníamos una cosa que nos une, el amor al arte; y hora tenemos dos cosas: el arte y nuestra hija Maya".
Y cierra su confesión: "puedo vivir como ruso, como artista y como esposo este sueño, que es un sueño de Elisa, que vive con un alma mexicana guerrera, que nació con un nopal en la frente".
Cuando se cumplen los 130 años de las relaciones de Rusia y México los artistas han logrado poner la cereza del pastel a su sueño: tenía que ser la Gala del Kremlin, "lo mejor de lo mejor del mundo de la danza".
