En la vista norte, la majestuosa terminal ferroviaria de Retiro y la extensa Villa 31 detrás. Hacia el este, la terminal de cruceros, el blanquísimo edificio Libertador y la inmensidad del Río de la Plata. Al sur, el viejo hotel de inmigrantes, el clásico Hotel Sheraton y la zona de edificios corporativos de microcentro. En el oeste, las románticas barrancas de la Plaza San Martín y el rascacielos Kavanagh, con su reconocible estilo art decó.
"La torre fue pionera en esta zona porque todo esto son terrenos ganados al río. Pensemos que acá no había casi nada. Sí era la puerta de entrada de los inmigrantes, que todavía era muy fuerte a principios de 1900, cuando nuestra población era 50% extranjera", dijo a Sputnik Esteban Leis, gerente operativo del área de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.
Ideada como regalo de parte de la colectividad de familias británicas viviendo en el país en honor al centenario de la Revolución de Mayo, se realizó un concurso en 1909 y ganó el diseño de Sir Ambrose Macdonald Poynter. En 1910 se colocó la piedra fundacional y se inauguró en 1916, año del centenario de la declaración de Independencia.
"Este fue un regalo de la comunidad, no del Estado británico; galeses, escoceses, ingleses e norirlandeses que habían venido hacia aquí. Fueron algunos de los que formaron este país, que vinieron a hacerlo grande. Para el porteño es muy importante, todos la reconocen, saben que existe y quieren subir", dijo Leis.
Conocida tradicionalmente como "torre de los ingleses", este monumento de 60 metros de altura y ocho pisos se encuentra ubicada en lo que anteriormente era llamada Plaza Britania, hoy Plaza Fuerza Aérea Argentina. El cambio de nombre se debe al más reciente conflicto bélico en el que estuvo involucrado el país: la Guerra de Malvinas.
En 1982, durante los meses que duró el enfrentamiento, diversos manifestantes nacionalistas vandalizaron la torre y destruyeron parte de los ornamentos, balaustradas, escaleras y cercos, además de provocar algunos incendios como símbolo de rechazo al Reino Unido.
"Como ésta tenemos el monumento regalado por los franceses en Plaza Francia, el monumento a la Carta Magna –conocido como monumento a los españoles– de la comunidad española, en el Parque Tres de Febrero está el regalo de los suizos. Fue un reconocimiento como país pujante. Tenemos que estar agradecidos de tener estos monumentos hoy en la ciudad", aseguró Leis.