El teatro abrió sus puertas a los ciudadanos alrededor de las 10.00 hora local (13.00 GTM), con la presencia del círculo más íntimo del artista, como la viuda, Maria Do Céu Harris, y una de sus hijas, Bebel Gilberto.
Entre los cariocas que acudieron a despedirse del cantante y compositor predominaban los momentos de emoción y reconocimiento a su carrera: "El sentimiento que él conseguía colocar en su guitarra y en la voz era algo único, era un genio en eso", comentó Jader Cruz, uno de los primeros en llegar al velatorio, en declaraciones a Sputnik.
Joao Gilberto pasó los últimos años de su vida prácticamente encerrado en su apartamento del barrio de Leblon, sin recibir visitas y con la salud muy debilitada; Gleisi Matos explicó a Sputnik que tuvo el honor de cuidarle durante dos semanas el pasado mes de abril.
The father of Bossa Nova, João Gilberto, passed away at 88. Thank you for the music ❤️ pic.twitter.com/Tsap4BZzqN
— Amazon Music (@amazonmusic) July 8, 2019
"Estaba bastante debilitado, casi no se alimentaba, dormía mucho, cambiaba la noche por el día… de noche se iba al sofá y tocaba la guitarra, le gustaba estar en su mundo, no le gustaba recibir a gente (…) era una persona maravillosa, siempre estaba de buen humor, contaba historias de viajes, de conciertos… No habrá otra persona igual, fue un honor haberle conocido", decía con la voz entrecortada.
The music world lost one of its most original and influential voices on Saturday with the passing of Joao Gilberto at the age of 88. Through his classic Verve recordings with Stan Getz and more, he introduced the world to the beauty of Bossa Nova. pic.twitter.com/qmE9uexdEi
— Verve Records (@VerveRecords) July 8, 2019
El velatorio se prolongará hasta las 14.00 hora local (19.00 GMT), y después el cuerpo del artista será enterrado en un cementerio de la ciudad de Niteroi, en el área metropolitana de Río de Janeiro.
Nacido en el estado brasileño de Bahía, concluyó en 1961 la trilogía de álbumes fundamentales que presentaron ese nuevo ritmo, una variante delicada y minimalista de la samba, al mundo: 'Chega de saudade' (1959), 'O amor, o sorriso e a flor' (1960) y 'Joao Gilberto', de 1961.
La cadencia de su guitarra y su peculiar manera de cantar revolucionaron para siempre la música brasileña y ejercieron una tremenda influencia en los artistas de la generación posterior, como Caetano Veloso, Chico Buarque o Gal Costa, entre otros, que conformarían la llamada Música Popular Brasileña (MPB).