En ese país la fecha constituye una de las tradiciones más antiguas, representativas y festivas. A tal punto que fue declarada Patrimonio Cultural por parte de la Unesco. Los mexicanos tratan a la muerte con alegría. Por tradición se homenajea a los difuntos. La fiesta incluye prácticas como adornar las tumbas en los cementerios y dedicar altares (en los hogares o sobre las lápidas). También agasajan a sus muertos con la comida que más les gustaba.
El fenómeno marcó principalmente a la capital mexicana, que sin embargo no vio opacada su celebración. Por el contrario, encuentran en este festejo la oportunidad de recordar a sus seres queridos.
"En este día las familias van al sitio donde está descansando su ser querido y le llevan la que era su comida y bebida preferida. Algunos le llevan música, mariachis y flores. Se trata de acompañarlos. Entre más pequeña la población, más arraigada la costumbre. En Aguascalientes [región central] nos comemos a la muerte, en forma de calavera de pan o figuras de azúcar. La celebración se extiende durante 10 días", dijo a Sputnik Irma Eugenio Medrano, secretaria de Turismo del Estado de Aguascalientes.
En Aguascalientes se realiza el Festival de las Calaveras, un encuentro muy tradicional. Esta celebración rinde homenaje a la figura de José Guadalupe Posada, dibujante y grabador, reconocido internacionalmente por sus obras de humor trágico alusivas al México revolucionario. José Guadalupe Posada fue quien creó el reconocido personaje La Garbancera, ícono de esta festividad, en la cual se inspiró el muralista Diego Rivera para crear La Catrina, otra figura popular.
"Las garbanceras eran las mujeres de servicios que trabajaban en las casas de los ricos y querían parecerse a las patronas. Luego Diego Rivera le puso otra vestimenta y allí se llamó La Catrina, que tiene un sombrero con flores muy elegante. Le rendimos homenaje, no le tenemos miedo sino cariño y amor", explicó Medrano.
Cada una de estas festividades tiene su peculiaridad. "En Aguascalientes tenemos un desfile por la avenida principal con carros alegóricos con las leyendas de la llorona, del jinete sin cabeza y de otros personajes tradicionales. Hay creaciones muy artísticas, es una celebración impresionante. Pero cada región tiene su sello. Hay folklore, danzas, ofrendas, velas en el agua, hay concursos de sustos y de disfraces, ferias culinarias. Es una festividad realmente rica en tradiciones", señaló.
El desfile en Ciudad México recordó a las víctimas de los dos terremotos. "Así como nacemos morimos. Es parte del ciclo de nuestra vida. En este país vemos esta fecha como la oportunidad de levantar el ánimo después de los sucesos tan dramáticos que sucedieron. Somos un pueblo contento que baila, canta, al que la fiesta ayuda a vencer el dolor", indicó.
Klaudia Oliver, fundadora y directora del Festival La Calaca (forma en que los mexicanos llaman a las calaveras), de San Miguel de Allende, afirmó que este encuentro tiene un "espíritu más moderno, que busca captar gente más joven".
"Esta expresión para México es una manera para conectar con las tradiciones de nuestros antepasados. Desde tiempos prehispánicos la muerte ha sido un concepto que habla de la trascendencia, de la conexión entre los vivos y los muertos. Hoy los cementerios y casas se llenan de ofrendas y se invita a los vivos a reconciliarse con sus muertos. Se trata de tener la capacidad de absorber tanto el llanto como la alegría. Todo es parte del ciclo", agregó.
Dijo además que en San Miguel piensan que la muerte les toca a todas las personas. Bajo este precepto el arte se vuelve una pieza fundamental para expresar el respeto y la gratitud hacia los seres queridos que ya no están.
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"Utilizamos la expresión artística hacia los difuntos en distintos ámbitos, desde las flores hasta la pintura, el arte urbano o el teatro. Lo que tienen en común es que en estas manifestaciones los muertos están honrados y celebrados. La cosa más importante es que a través de esta celebración a la muerte también valoramos la vida", aseguró.
