"Resulta un placer tremendo volver muy pronto después del Día Mundial del jazz en La Habana el 30 de abril, generalmente ha habido espacios prolongados en mis apariciones en Cuba, y esta es una oportunidad fascinante para mí", afirmó el músico residente en Florida, Estados Unidos, desde hace más de 20 años.
"Tocaré a compositores diferentes, épocas diferentes, lenguajes musicales diferentes, estéticas diferentes con las que he estado trabajando durante todo este tiempo", precisó el instrumentista que cautivó en 1986 al trompetista estadounidense Dizzy Gillespie cuando lo vio por primera vez en el Festival Jazz Plaza de la Habana.
Gillespie lo invitó a trabajar juntos 24 horas después, y fue tal el resultado que grabaron el larga duración Gillespie en vivo con Gonzalo Rubalcaba.
Ese mismo año, el artista nacido en 1963 firmó contrato con el sello alemán Messidor para el cual registró los fonogramas Gonzalo Rubalcaba (1986), Live in Havana (1986), Mi gran pasión (1987) y Giraldilla (1989), todos de gran éxito internacional.
Al confesarse todavía "algo tímido", Rubalcaba comentó que los conciertos de piano solo tienen la característica de generar mucho riesgo.
"Si bien el instrumento ofrece todas las posibilidades naturales para abordarlo desde el punto de vista rítmico, armónico y melódico –describió- al final estás solo y tienes que intentar llenar muchos espacios".
Indicó que las actuaciones con una agrupación implican una distribución de todas esas gestiones, pero aclaró que las dificultades de presentarse en solitario "hacen más único, más intenso, más interesante" el trabajo del pianista.
Sobre el programa del sábado 19, anticipó el músico que por primera vez interpretará en un escenario la obra titulada Gratitud, del compositor Jean Paul Le Pourret, a la que seguirán otras que resumen la última década de intensa vida profesional.
El recital incluirá creaciones del tecladista cubano y de otros autores de importante influencia en su carrera artística, entre ellos el prestigioso guitarrista Pat Metheny, del cual interpretará Hermitage, y de David Raskin, quien estará representado a través de My love and I.
Portador de un reconocido linaje artístico que data del siglo XIX y que en el siglo XXI continúa con sus tres hijos, el pianista también honrará a su familia con el danzón El Cadete Constitucional, escrito por su abuelo Jacobo Rubalcaba en los inicios del siglo XX y desde entonces referencia imprescindible en cualquier antología sobre ese género cubano musical-danzario.
De su autoría, el ganador de cuatro premios Grammy dedicará a su hija "Yolanda Anas", "Joan" lleva el nombre de su segundo vástago, y también de su cosecha regalará a los asistentes al Gran Teatro Alicia Alonso "Faro" y "Oro".
Este concierto da continuidad a un ciclo dedicado al Jazz bajo el patrocinio del Instituto Cuibano de la Música, el cual fue inaugurado el 12 de agosto con la actuación en la misma sede de otro de los íconos del piano mundial, Jesús "Chucho" Valdés.
Otro virtuoso de ese instrumento, Ernán López Nussa, subirá a la escena de ese teatro el 26 de agosto, y una semana después la agrupación femenina Camerata Romeu, dirigida por Zenaida Romeu, cerrará este regalo veraniego para los melómanos.