El complejo, que implica la demolición de al menos ocho solares, albergará más de 150 pisos de lujo, un hotel, una sinagoga, comercios y bares.
"Este proyecto nos preocupa profundamente porque afectará parte del más preciado patrimonio de Manchester", declaró Catherine Dewar al confirmar la oposición de la agencia que custodia la herencia cultural y arquitectónica del país.
El plan de los dos exfutbolistas, con una inversión estimada en 200 millones de libras (unos 235 millones de euros), incluye la destrucción de edificios míticos de la tercera urbe de Reino Unido.
Más: Las ciudades más bellas del mundo
"Amenaza a Manchester con la pérdida de enclaves históricos que tienen espíritu y cuentan historias importantes del pasado de nuestra ciudad", añadió la responsable de planificación de Historic England.
Entre los condenados a desaparecer en los planos presentados al ayuntamiento de Manchester destacan una sinagoga, una comisaria y un legendario pub.
La agencia también se queja de que los rascacielos "eclipsarán" joyas arquitectónicas de Manchester que fueron testigos del poderío de la ciudad durante la Revolución Industrial.
Los dos veteranos del club Manchester United ya centraron la atención mediática con otro proyecto arquitectónico.
El otoño pasado autorizaron a un grupo de 'okupas' a alojarse en la suntuosa sede de la Bolsa hasta ultimar planes y permisos para reconvertir el edificio en un hotel de lujo.