"Nuestras exposición encapsula un periodo trascendental en la historia de Rusia que se expresó intensamente en la diversidad del arte generado entre 1917 y 1932", señaló a Sputnik Natalia Murray, co-directora de la muestra y profesora de arte ruso en el londinense Instituto Courtauld.
La mayoría de las piezas expuestas— desde pinturas a fotografías, esculturas, carteles, diseños, maquetas o películas de cine— son préstamos del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, la Galería Estatal Tretiakov de Moscú y de coleccionistas privados.
El recorrido avanza temáticamente a partir de una serie de retratos de Lenin y Stalin agrupados bajo el titulo "Saludad al líder".
La "reconstrucción" de la mítica exposición de 1932 cobra fuerza en una sala dedicada a Malevich, con 30 cuadros colocados en la misma posición que entonces.
Otros pioneros vanguardistas como Chagal, Kandinski y Tatlin están representados en la exposición de la Real Academia de Londres, que también dedica una sala a Kuzma Petrov-Vodkin.
El constructivismo y el realismo social, que cultivaron Brodsky, Deineka y Popova, entre otros artistas, denota la interdependencia del arte y la política en esa era de convulsión y cambio.
"Durante quince años después de la revolución bolchevique- pero solo durante esos quince años- todas las vertientes artísticas se desarrollaron una al lado de la otra en Rusia y a esta explosión de actividad artística se añadió el desafío de construir un arte nuevo para una nueva forma de sociedad y definir lo que constituiría el arte puro proletario”, explicó Murray a esta agencia.
"Ha habido varias exposiciones de arte ruso del siglo XX enfocadas ya fuera en la 'avant-garde' o en realismo socialista, como entidades separadas, lo cual no cuenta la historia completa de este fascinante periodo histórico", resalta.
Revolución estará abierta al público en la Royal Academy, en Piccadilly, del 11 de febrero al 17 de abril.
Es la primera conmemoración de una serie de eventos artísticos y culturales programados a lo largo del año en Londres en torno al centenario de la revolución rusa que, según Murray, "continúa siendo un acontecimiento crucial en la conciencia moderna".