En 1905, Prokudin-Gorski se dio a la tarea de registrar el Imperio ruso en fotografías a color, que aún hoy en día impresionan por su calidad y su belleza.
Su proyecto de viajar por este enorme país para fotografiar los paisajes, las construcciones y las personas que habitaban el Imperio ruso fue un éxito, en parte gracias a la ayuda del zar Nicolás II, quien le prestó todo su apoyo y los permisos necesarios para lograr su sueño. Solo la llegada de la Revolución truncó la tarea de Prokudin-Gorski, el cual emigró a París y murió allí en 1944.
Afortunadamente, las fotografías sobrevivieron a los cambios políticos en el país eslavo, así como a la Primera y la Segunda Guerra Mundial. En 1948, la familia de Prokudin-Gorski vendió una gran parte de las fotos a un representante de la Fundación Rockefeller, el cual las entregó a la Biblioteca del Congreso de EEUU.
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Recientemente, el legado del fotógrafo ruso ha sido digitalizado, por lo que se puede disfrutar de los increíbles planos capturados por el pionero de la fotografía a color. Sputnik te presenta una selección de sus obras.