Este mes, la capital rusa acoge la 38ª edición del prestigioso Festival Internacional de Cine de Moscú. El evento, que tiene lugar entre el 23 y 30 de junio, reúne a directores y actores de todo el mundo.
El amplio programa del Festival incluye la proyección de unas 200 películas, entre ellas obras del destacado cineasta español Carlos Saura, quien estos días se encuentra en Moscú.
'El sonido de las cosas' —seleccionada para la competición oficial del Festival— narra la vida de la enfermera Claudia, a la que le satisface plenamente su trabajo: manejar la adrenalina, controlar las emociones, salvar vidas. "Pero en casa el panorama es distinto", dice la sinopsis de la película.
En la rueda de prensa del festival, la actriz protagonista del filme, Liliana Biamonte, ha dicho que su personaje sabe esconder sus emociones y que es algo muy típico para los costarriqueños.
Para mí, Claudia es un personaje muy idiosincrático. Somos gente muy agradable, pero desde niños estamos acostumbrados a no ser una carga, a no generar problemas. Y cuando llegas a cierta edad, te cuesta expresarte cuando tienes un problema. Y eso se traduce políticamente. Nosotros, en Costa Rica, no hemos tenido persecución política como en otros lugares. Al mismo tiempo, nuestra tradición cinematográfica es tan joven que aún no hemos tenido la oportunidad de hablar de estas cosas.
¿Tienes algunos directores favoritos rusos?
Uno de mis directores más admirados es Andréi Tarkovski. Recuerdo el día que vi en la cinemateca de Cuba su película 'El Espejo'. Fue una experiencia maravillosa, una experiencia que te marca. Me gusta la obra de Serguéi Paradzánov. Y me gusta la nueva ola de cineastas, como Andréi Zviáguintsev. Tiene un ritmo, un tempo que me interesa muchísimo.
¿Qué oportunidades te ofrece el Festival Internacional de Cine de Moscú como director?
El Festival me ofrece la oportunidad de codearme con cineastas de alto nivel de Rusia y de otros países, de América Latina, de los Balcanes, de Asia. Es un lugar de tradición, puesto que estamos hablando de la casa de Andréi Tarkovski. Siento que aquí las películas no quedan olvidadas como en otros festivales. Eso es justo lo que necesita un filme: ser apreciado por lo que es.
