El embargo impuesto a Cuba ha hecho que a su regreso en 2016, Hemingway encuentre todo en su lugar: la finca de Villa Vigía, convertida en un museo que puede ser observada por el público general solo a través de las ventanas. Su máquina de escribir, amablemente concedida al equipo cinematográfico por las autoridades de La Habana y la sombría tranquilidad del bar Florida, donde frecuentaba para tomar un daiquiri.
"Hemingway salió cuando las puertas se cerraban y dejó su adorada casa en la que vivió durante muchos, muchos años para regresar a Estados Unidos y morir 18 meses después. Ahora, Hemingway ha regresado a ayudar a abrir las puertas de nuevo", señaló el protagonista de la película, Adrian Sparks, en la entrevista a la agencia AP en vísperas del estreno de "Papa".
La película, dirigida por Bob Yari, fue el primer largometraje de ficción de producción estadounidense rodado en Cuba desde el triunfo de la Revolución cubana. Algo impensable años atrás. El equipo obtuvo el permiso para el rodaje de los Gobiernos de Cuba y EEUU, aunque fue bastante difícil. Los autores justificaban su objetivo ante las autoridades, subrayando que la fábula está basada en hechos concretos.
El guión fue elaborado por un amigo del escritor, Denne Bart Petitclerc, fallecido en 2006. En la cinta actúa bajo el nombre de Ed Myer, un periodista de Miami, quién en 1959 viaja a La Habana para conocer a su ídolo, Ernest Hemingway.
El título afectuoso del drama, "Papa", se debe a su afección personal por el autor de "Fiesta" y "Por quién doblan las campanas", en quien busca una figura paterna. De hecho, el notorio escritor le invita a pescar y poco a poco le ayuda a encontrar su voz ante los acontecimientos que están revolcando el país caribeño.
Al mismo tiempo, la película narra las controversias artísticas y familiares del propio Hemingway, quien se suicidó dos años más tarde, en el estado de Idaho, tras ganar en 1954 el premio Nobel de Literatura por sus obras clásicas y en 1953 el Premio Pulitzer por la novela "El viejo y el mar", que había escrito durante su primera estancia en Cuba.
"Una de las cosas que aprendí fue entender mejor no solo que Hemingway era amado en Cuba, sino cuánto amó Hemingway a Cuba", concluyó Sparks, quien parece una encarnación de su personaje, además de haberlo interpretado anteriormente en el teatro.
"No puedes saber lo emocionado que estoy de haber podido concretar lo que me propuse, crear como un puente entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos. Creo que las artes son el mayor puente para, digamos, sobrellevar problemas gubernamentales", manifestó el director.
"La gente cubana y el pueblo estadounidense realmente no son enemigos, ni deben serlo. Espero que esta cinta ayude a, digamos, resanar ese puente, esa brecha que ha sido creada entre estos dos pueblos", agregó.
