1. Humberstone y Santa Laura
Ubicada a 47 kilómetros al este de la ciudad de Iquique, la localidad chilena de Humberstone representa una de las más famosas por estar totalmente abandonada. Santa Laura, junto con Humberstone, representa los poblados que un día se fundaron cerca de los yacimientos nacionales y que anteriormente contaban con una población de 4.000 habitantes. Sin embargo, la producción industrial llevó a una decadencia total y desde 1960 los poblados sufrieron numerosos saqueos. En 17 de julio de 2005, fue nombrada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y está incluida en la Lista de Patrimonios en peligro.
2. Sewell
La ciudad minera se ubica a 150 kilómetros al sur de la capital Santiago y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2006 por su valor histórico. El asentamiento fue construido en 1904 sobre una abrupta vertiente de un cerro a 2.000 metros sobre el nivel del mar por la empresa norteamericana Braden Copper Company durante la fiebre del cobre. Su población alcanzó los 10.000 habitantes.
3. Chuquicamata
Uno de los asentamientos fantasmas más jóvenes de Chile, clausurado en 2007 tras solo 92 años de existencia. Se ubica a 4.000 metros de altura, cerca de la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo (800 hectáreas). Su población llegaba a los 25.000 mil habitantes, pero fue abandonada debido al aire impregnado de materiales tóxicos como el anhídrido sulfúrico y arsénico. Otra de las causas fue la voluntad de expandir aún más la zona de extracción, que todavía está en pleno rendimiento.
4. Estancia San Gregorio
Esta granja fue construida en 1870 en el sur de Chile en la época del auge ganadero en la Región de Magallanes. Los restos de mercancías agrícolas producidas allá todavía pueden ser encontrados en los cobertizos abandonados. El casco barco de vapor "Amadeo" que perteneció alguna vez al propietario de estas tierras, José Menéndez, yace en la orilla cerca del predio.
5. Minas de Puelma
El poblado de la Oficina Salitrera Francisco Puelma alcanzó la cifra de 5.000 habitantes. La mina dejó de existir en 1930, cuando el nitrato sintético sustituyó al nitrato de minerales. La población estuvo expuesta a altos niveles de contaminación. El pueblo se ha conservado en buen estado en parte por la ausencia de humedad en la región de Atacama. Dentro de las minas, hay un cementerio abandonado donde yacen los restos de los mineros que trabajaban allí. En la pared que rodea al cementerio del campo se puede ver una piedra en forma de cabeza.