El Museo Metropolitano de Nueva York, el MET, podría haber cometido un error sin precedentes. En 2013, y como parte de su política para proveerse de fondos, puso a la venta varias pinturas renacentistas. Entre ellas un retrato de Clara Serena, la hija de Rubens, y atribuido a un discípulo suyo. Adquirido en Sotheby´s por un coleccionista londinense, que pagó 650.000 dólares, muy por encima de los 25.000 dólares con los que se abrió la puja, el cuadro ha sido donado al museo Rubenshuis, en Antwerp, Bélgica.
Rubenshuis director says Clara Serena portrait, deaccessioned by Met, ‘is by Rubens’ http://t.co/g7dbuxep9l pic.twitter.com/oxHjB7csuh
— The Art Newspaper (@TheArtNewspaper) March 24, 2015
Según el medio especializado Art Newspaper, la idea de que el retrato de Clara no es obra de Rubens se atribuye al especialista Julius Held, que en 1959 consideró que era obra de un seguidor del maestro. «Al año siguiente fue donado al Met, donde el fallecido Walter Liedtke lo catalogó como una copia, probablemente del siglo 17. En 2013 fue expurgados por el Met, junto con otros 15 cuadros de antiguos maestros». Siempre dispuesto a aceptar encargos, Rubens nunca dudó en recurrir a sus aprendices y discípulos, una costumbre muy extendida en la época, para hacer frente a sus obligaciones. Además, fueron muchos los seguidores que explotaron su éxito a base de reciclar sus líneas, motivos y temas.
Aunque algunos expertos, como el historiador del arte David Jaffe, han declarado sus dudas respecto a que finalmente sea un Rubens, para numerosos los especialistas, incluidos los de museo Rubenshuis, es casi segura la autoría del genio flamenco. Se trataría del número 1.404 en su riquísimo y venerado catálogo.