Se trata de la denominada aberración esférica en lentes ópticos, establecida por el matemático de la Antigua Grecia Diocles y que ni los grandes genios como Isaac Newton o Wilhelm Leibniz pudieron resolver en su momento. El dilema —conocido como el problema de Wasserman-Wolf, en honor a los científicos que intentaron resolverlo en 1949— consiste en hacer que la visión de objetos a través de un lente esférico no pierda nitidez.
"Sabía que era un problema mítico. Ahí conocí a Alejandro; me insistía y me invitaba a que resolviéramos el problema. Yo le decía que era un pantano y no iba a poder", señaló González. Sin embargo, luego de meses de experimentos, por fin encontró una solución eficiente al legendario problema óptico.
"Me acuerdo que una mañana me estaba preparando un pan con Nutella, y de repente dije: ¡madres! ¡está ahí! Subí a mi cuarto, me puse a programar, vi que salió y me puse a brincar de emoción", confesó.
Cabe señalar que la resolución de la ecuación ayudará a los fabricantes de cámaras o telescopios a mejorar el desarrollo de lentes y, al mismo tiempo, reducir grandes costos.
El artículo correspondiente, titulado 'Fórmula general para diseñar una lente singlete biasférica', fue publicado en la revista especializada Applied Optics y obtuvo la distinción del editor, algo que sucede en menos del 1% de los 35.000 artículos que se han publicado en el portal.