Como explican los autores del estudio de la Universidad Nacional de Singapur publicado en la revista PNAS, toda deuda golpea fuertemente la psique, debilita la voluntad y lleva a una disminución en las capacidades cognitivas.
Además, si una persona sufre un endeudamiento durante mucho tiempo pierde la capacidad de pensar en proyectos a largo plazo y no puede evaluar las situaciones objetivamente.
Para probar su hipótesis, los investigadores de Singapur realizaron una encuesta en la que entrevistaron a 200 personas de bajos ingresos antes y tres meses después de que cancelaran una deuda de 5.000 dólares de Singapur —3.700 dólares de EEUU—. Esto representa aproximadamente el ingreso promedio de tres meses de los participantes del experimento.
Luego pasaron por una encuesta que midió su ansiedad y el funcionamiento cognitivo, así como la toma de decisiones financieras. Los investigadores encontraron que las tasas de error promedio de los participantes en las pruebas de función cognitiva se redujeron de 17% a 4% después de que disminuyera su deuda.
En tanto, las ganas de obtener una gratificación inmediata, que a menudo resulta en oniomanía, se redujo del 44% al 33%.
Investigaciones similares llevadas a cabo en Estados Unidos han mostrado resultados equiparables.
Los resultados del estudio desafían la creencia generalizada de que los pobres están endeudados "debido a sus defectos personales", explica Ong Qiyan del Centro de Investigación del Servicio Social de la Universidad Nacional de Singapur, citado por Daily Mail.
"Nuestro estudio muestra que debido a que la deuda afecta el funcionamiento psicológico y la toma de decisiones, sería extremadamente difícil escapar de la pobreza incluso para aquellos motivados y talentosos. Es difícil ser pobre, más duro de lo que pensábamos", explicó Qiyan.
Los científicos asiáticos aconsejan consolidar las deudas si no es posible saldar múltiples préstamos a la vez. Esto significa convertir varias deudas en una, simplificando así la experiencia de pago.