Según el medio, Rusia y China realizaron un total de cinco pruebas para controlar la ionosfera.
Desde esa instalación se enviaron los electrones a una altura de 500 kilómetros con el fin de causar cambios en la ionosfera.
Mientras el satélite electromagnético de vigilancia chino Zhangheng-1 monitoreó y analizó la situación provocada en la atmósfera desde la órbita.
Durante uno de los experimentos, llevado a cabo el 7 de junio pasado, en la atmósfera se detectó "un repunte de energía con diez veces más partículas subatómicas cargadas negativamente que en las regiones cercanas", señala el medio.
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En el otro ensayo, realizado el 12 de junio, se logró aumentar la temperatura del gas ionizado en más de 100 grados centígrados.
Señala que los militares de todo el mundo llevan décadas intentado aprender a controlar la ionosfera para poder cortar la comunicación con los satélites en una zona, o incluso modificar el clima y provocar desastres naturales como huracanes, ciclones y terremotos.
Sin embargo, Wang Yalu, científica que tomó parte en el estudio, negó en declaraciones al medio que el proyecto tuviera fines militares.
"Solo llevamos a cabo una investigación científica, incluso si hubiera algo más no estoy al tanto", dijo.
Según otro científico consultado por el medio, hay otros países dedicados a ese tipo de estudios.
Por su parte, el profesor Guo Lixin, de la Universidad de Xidian, quien siguió los experimentos, comentó que la energía emitida durante los ensayos "es demasiado baja para provocar un acontecimiento ambiental".
"La influencia humana sigue siendo muy débil en comparación con el poder de la Madre Naturaleza, pero es posible un impacto sobre una región pequeña", reconoció.