Los microorganismos cultivados por los científicos de Crimea son capaces de transformar los explosivos contenidos en las municiones —el trinitrotolueno, el hexógeno y otros— en materia prima que sirve para producir abonos orgánicos de alta calidad.
"La munición ni siquiera hay que desarmarla porque esto lo hacen los propios microorganismos", dijo el jefe de Investigaciones Científicas de la Universidad de Sebastopol, Vladímir Gávrish, citado por el servicio de prensa universitario.
La tecnología de "biodestrucción", como la llamaron los investigadores, permite renunciar al reciclaje de las municiones mediante su explosión, que daña el medio ambiente, o destruyéndolas industrialmente, que no es rentable.
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Anteriormente estos desarrollos tecnológicos de los científicos de Crimea despertaron el interés del Ministerio de Defensa de Ucrania, y ahora mostró su interés la Academia Rusa de Ciencias de Misiles y Artillería.