Los arroyos secos de la bahía de San Oswald incluso tienen un aspecto parecido a la superficie marciana. Esto se debe a la presencia de hematita —un mineral compuesto de óxido férrico— que compone la arena de Marte.
Los investigadores hallaron ácidos grasos en los arroyos y lo explicaron como una posible prueba de que en algún momento el sitio podría albergar organismos vivos. Los resultados del estudio están disponibles en la revista Scientific Reports.
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Es decir, si el agua marciana tenía una estructura parecida a la de los riachuelos de Dorset, también podía representar un ambiente propicio para los seres vivos. Si la suposición es cierta, ahora las rocas del planeta rojo contendrían restos de aquellos organismos.
Actualmente muchos investigadores coinciden en que Marte fue un lugar apropiado para la vida durante algún tiempo, pero el período duró tan poco que los primeros organismos apenas pudieron aparecer y evolucionar hasta representar formas de vida complejas.