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Cien mil voluntarios ayudan a demostrar que Einstein estaba equivocado

CC0 / Paul Ehrenfest / Albert Einstein y Niels Bohr en 1925
Albert Einstein y Niels Bohr en 1925 - Sputnik Mundo
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Unos 100.000 voluntarios de todo el mundo refutaron la teoría apoyada por el propio Albert Einstein, simplemente participando en un juego. Mediante simples móviles y dispositivos conectados a internet ofrecieron datos para demostrar que el llamado realismo local no sirve para explicar el comportamiento de la materia a nivel cuántico.

Uno de los pilares en los que se basa el mundo moderno es el denominado método científico. Este nos permite estudiar y describir con exactitud la naturaleza de los fenómenos que nos rodean. Este método estipula que para ser ampliamente aceptada, cada teoría debe tener la posibilidad de ser revisada y dar el mismo resultado bajo igualdad de condiciones. En otras palabras, para la ciencia nada queda al azar, todo es causa y efecto.

Esto es igual de cierto para la física clásica, pero la llegada de la física cuántica abrió una grieta en ese pilar.

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La disputa entre los partidarios de la física clásica y la cuántica en su tiempo enfrentó a dos de los científicos más célebres del siglo XX. "Dios no juega a los dados", escribía Albert Einstein, alegando que en el universo no hay espacio para la improvisación. Del otro lado, un contemporáneo suyo, Niels Bohr, estaba convencido de que al tratarse de las partículas cuánticas, estas sí improvisan.

Esta dicotomía no se pudo empezar a resolver hasta 1964 cuando otro científico, John Bell, propuso una "receta que se podía hacer en el laboratorio". O de forma más sencilla, nos permite conocer quién tenía razón entre Einstein y Bohr.

Pero había un problema: Bell diseñó una ecuación que permitía hacer un análisis estadístico a partir de un gran número de observaciones totalmente independientes.

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Es ahí cuando unos 100.000 individuos de todo el mundo entraron en juego. El 30 de noviembre de 2016, estos voluntarios jugaron por internet a un videojuego en el marco de una investigación llamada The BIG Bell Test. Mientras jugaban, escogían entre cero y uno, dando así a los científicos datos totalmente aleatorios. En menos de 48 horas, lograron generar más de 90 millones de datos que fueron introducidos en la ecuación de Bell.

El resultado conseguido en base a esa información y publicado recientemente en la revista Nature estipula que Albert Einstein estaba equivocado: Dios sí juega a los dados o, en otras palabras, en la naturaleza sí hay espacio para el azar.

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