Para llevar a cabo el estudio, los biólogos de la Universidad de Washington (EEUU) colocaban a los mosquitos en cámaras que contenían trozos de tela con diferentes olores. Cuando los insectos se posaban sobre la fibra, los investigadores simulaban las vibraciones que un mosquito podría experimentar cuando una persona intenta golpearlo.
Un día más tarde los científicos colocaron a los insectos en un espacio que tenía dos corredores, uno de los cuales transportaba el aire sin olor, mientras que el otro, el aire que olía a los supuestos 'atacantes'. Los científicos observaron que los insectos evitaron el corredor del que provenía dicho olor. Los resultados del experimento están publicados en la revista Current Biology.
Según se dio a conocer en esta investigación, es la dopamina (un neurotransmisor que sirve para mejorar la función motora del organismo) la que permite que los mosquitos recuerden los olores.
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Los autores del estudio opinan que su descubrimiento podría ser muy útil para la medicina.