Sin embargo, los científicos rusos aseguran que es poco probable que el satélite represente una amenaza, puesto que tras entrar en la atmósfera, solo unos pequeños fragmentos podrían llegar a la superficie del planeta y caer en el océano.
"Normalmente, se destruyen por completo en la atmósfera. Solo unos fragmentos de unos 500 gramos podrían alcanzar la Tierra", comentó a Sputnik Alexandr Zhelezniakov, miembro de la Academia rusa de cosmonáutica.
El científico agregó que estos casos son comunes, puesto que el lanzamiento de aparatos cósmicos de la serie Molniya se efectuó por lotes grandes y ahora a menudo abandonan la órbita.
Lea también: ¿Regalo del cielo? Un satélite puede caer sobre México y EEUU
Todos los años, en la atmósfera terrestre entran unos 2 o 3 satélites Molniya. Los fragmentos no quemados caen en el océano Pacífico donde no se realiza la navegación de los barcos. En total, alrededor de 50 satélites abandonan la órbita anualmente.