Un grupo de científicos italianos descubrió a mediados de la década de los años 90 un tipo especial de células cerebrales, las neuronas especulares. Los investigadores realizaron pruebas en monos, dándoles nueces y registrando su actividad neuronal. Sorprendentemente, las mismas áreas del cerebro se manifestaban de forma más activa cuando los monos estaban comiendo por su cuenta y cuando veían comiendo a otros.
"Este es un mecanismo muy antiguo. No es característico solo de los humanos, sino que también se encuentra entre los monos y entre las aves. Pero en los seres humanos, este mecanismo se desarrolló y se enriqueció", explicó en una entrevista para la cadena RT el profesor Giacomo Ritstsolatti, uno de los investigadores que descubriern las neuronas especulares.
"Si veo que a usted le duele algo, se me reactivan las neuronas, como si fuéramos la misma persona. No solo entiendo que a usted le duele algo, sino que siento su dolor", matizó Ritstsolatti.
Sin embargo, este fenómeno es susceptible de ser regulado. Es posible estimularlo o inhibirlo. A veces es más importante suprimirlo, por ejemplo, en profesiones como la de policía o cirujano. En estos casos, la excesiva capacidad de empatía solo puede hacer daño. "El policía que es demasiado bueno es un policía malo. El cirujano no debe llorar viendo la sangre", subrayó el científico.